9 Errores que no puedes cometer en tus campañas de Email Marketing

Me lo habrás oído decir otras veces:

 

Tener una lista de suscriptores (y hacer email marketing) es probablemente el mayor activo que puedes tener en el marketing online de tu profesión o negocio.

 

A pesar de eso, aún son pocos los que lo usan.

 

Y los que sí lo usan, seguramente querrán mejorar los resultados de sus campañas de email marketing. ¿Y quién no?

 

En este artículo quiero comentarte lo más básico y esencial, y por ello de suma importancia: los errores más graves y comunes (y qué hacer en su lugar).

1. No Utilizar un Reputado Servicio de Email Marketing

Este es el error más grave y por eso va el primero en mi lista.

No utilizar un servicio de email marketing conocido y reputado es fallar desde el principio en lo más esencial. ¿Por qué? Por una sencilla razón:

El ratio de entregas de los mensajes baja dramáticamente si la campaña no se realiza desde una dirección IP de envío reputada.

En otras palabras, un elevado porcentaje de los mensajes que envíes ni siquiera llegarán a su destino, siendo bloqueados o mandados a la bandeja de spam.

 


Si tu mensaje no llega a la bandeja de entrada de sus destinatarios, todo lo demás será inútil. Por eso esto es tan importante. En cambio, cuando utilizamos un Proveedor de Servicio de Email Marketing, los envíos se hacen desde sus propias direcciones IP.

 

Resumiendo, si utilizas un servicio de email marketing reputado el ratio de entrega de tus mensajes será mucho mayor que si lo haces por tu cuenta.


2. Un Nombre de Remitente Genérico

Cuando entramos en la bandeja de entrada de nuestro correo, ¿en qué nos fijamos antes de abrir un mensaje? Básicamente en dos cosas: (1) el remitente del mensaje y (2) la línea de asunto.

 

Por lo tanto, es crucial que estas dos cosas las hagamos bien, de lo contrario ni siquiera abrirán nuestro mensaje.

Cuando creas una lista en un servicio de email marketing, te permiten poner qué palabra o palabras vas a utilizar como remitente de los mensajes.

 

Evita palabras genéricas, extrañas o que no representen adecuadamente tu marca o la de tu negocio.

La cuestión es que el destinatario del mensaje sepa enseguida quién manda el mensaje y si es de confianza.

Algunas opciones que puedes usar, según sea tu caso:

  • Tu nombre y apellido (Ejemplo: David Cantone)
  • Nombre de la página web (Ejemplo: Pixel of Ink)
  • Nombre de marca de la empresa o del producto: (Ejemplo: Vimeo)
  • Nombre de la persona + Nombre de la empresa o del producto: (Clay @ LeadPages)

Otra cuestión a tener en cuenta, y que también influye en el ratio de apertura, es la dirección de email desde la que se manda el email. 

 

Utiliza un email que genere confianza y al que se pueda responder.

Ejemplo: tunombre@tupaginaweb.com – info@tupaginaweb.com – etc.

Evita esos emails de terceros (usa tu página web) o a los que no se puede responder (tipo: no-reply@terceros.com).

3. Una Línea de Asunto Floja

Si quieres que abran tu mensaje la línea de asunto debe despertar suficiente interés en el destinatario del mensaje.

La mayoría de emails que se mandan no cumplen con esta sencilla premisa.

Si conoces bien a tus suscriptores sabrás qué les interesa. Por lo tanto, lo primero es conocer bien a tus clientes

  • Comparte cosas que sean relevantes a sus necesidades, aspiraciones e intereses, y deja claro en la línea de asunto que el mensaje va de eso.
  • Hazlo con poco texto, a ser posible.
  • O bien, despierta la curiosidad sin explicar de qué trata el mensaje. Este tipo de asunto funciona muy bien, pero no se debe abusar. Por ejemplo: “Yo”; “Ya está aquí”; “Prueba esto…”; “Lo has conseguido”; “Nunca Más!”, y cosas por el estilo. Quién recibe el mensaje y lee un asunto de este estilo se pregunta a qué se refiere y abre el mensaje. Como digo, se han de utilizar a cuenta gotas. En su mayoría los asuntos de tus mensajes deberían dejar muy claro qué información contienen estos.
  • Evita asuntos que no sean relevantes para tus suscriptores, que sean poco interesantes, o sospechosos, por ejemplo, siendo demasiado sensacionalista o exagerando la importancia de su contenido.

Evita cosas del tipo: “INFORMACIÓN” (aburrido. Ni siquiera me dice qué tipo de info.); “último día para ver un replay” (un replay de qué, no me interesa); Felices fiestas! (vale, ¿para qué voy a abrir el mensaje?);  “La [empresa] os desea:” (me lo imagino, no entro); newsletter mes de diciembre; etc.

 

  • El asunto debe ser adecuado con el contenido del mensaje. Por eso no hay que abusar de los asuntos no descriptivos que simplemente despiertan curiosidad, porque quien lo abre puede percibir que ha sido manipulado, si el contenido no cumple con la expectativa que has creado; o engañado, si se ha exagerado la importancia del mensaje.

 

Consejo: Para comprobar qué tipo de asuntos funcionan mejor con tus suscriptores haz tests A/B cuando mandes un mensaje. Manda el mismo mensaje con dos títulos diferentes (cada uno a una mitad de tu lista) y comprueba cuál consigue más aperturas. Luego pregúntate por qué uno ganó al otro.

4. Una Primera Línea Sin Gancho

Algunos proveedores de emails, como Gmail, te muestran en la bandeja de entrada el asunto del mensaje y las primeras palabras del contenido del mensaje.

 

Por lo tanto, ya no solo es importante despertar interés con el asunto sino ahora también con la primera frase que incluya tu mensaje.

 

Además, aunque no se vean esas primeras palabras en la bandeja de entrada, cuando el suscriptor entre en el mensaje leerá la primera frase, y si no le convence lo cerrará.

 

La primera frase, sea como sea, es clave para que el suscriptor siga leyendo el mensaje. Considérala como un segundo título. Dedícale el tiempo necesario para hacerla interesante y con gancho, que lleve al visitante a seguir leyendo.

 


5. Texto Difícil del Leer

Al igual que sucede con los posts, hemos de facilitar el escaneo y la lectura de nuestros emails. Aquí algunos consejos:

 

  • Párrafos cortos, a poder ser de no más de tres líneas (una, dos y tres líneas es lo correcto).
  • Frases cortas.
  • Líneas entre 45 y 60 caracteres de ancho.
  • Uso de negritas, listas numeradas, encabezados si el mensaje es largo, etc.
  • Intercalar algunas palabras en mayúscula que queremos destacar (no abusar).

Esto son solo recomendaciones... por lo tanto no lo tomes como una camisa de fuerza.

6. No Llevar un Seguimiento

Para saber qué tal está funcionando una lista y el rendimiento de los mensajes que mandas, es imprescindible llevar un seguimiento de las estadísticas.

 

La única forma de detectar problemas o malos resultados es conociendo los números. Y lo mismo para solucionar esos problemas y mejorar el rendimiento de tus mensajes. Si no lo compruebas con números ¿cómo sabrás que va a mejor?

Lo contrario es ir a ciegas y confiar en que las cosas vayan bien por sí solas. Mala estrategia de negocio.

 

Algunos datos que debes conocer: 

  • Cuántos suscriptores consigues de media al día, a la semana, al mes.
  • Cuánta gente cancela su suscripción de media al mes.
  • ¿Se ha producido un número inusual de cancelaciones de suscripción? ¿Por qué?
  • Cuántos suscriptores no reciben tus emails (undeliverable).
  • Qué ratio de apertura tienen de media tus mensajes.
  • Qué ratio de clics (CTR) reciben tus mensajes.
  • Qué ratio de apertura y de clics tuvo tu último mensaje.
  • El ratio de mensajes devueltos y no entregados (bounce rate) de tu último mensaje.
  • El ratio de quejas que recibió tu último email.
  • Qué formularios consiguen más conversiones.
  • Qué títulos consiguen más aperturas.
  • Resultados de prueba A/B.
  • Otros datos que te puedan ser útiles.


7. No Tener Llamadas a la Acción

Una llamada a la acción no es otra cosa que pedir al visitante (aquí suscriptor) que haga algo, si quiere, pero tú se lo pides. Algunas de estas llamadas a la acción serán seguir un enlace, pero no todas.

 

Cualquier cosa cabe aquí: que reenvíe el email, que comparta la newsletter, que responda a una pregunta que le haces, que siga el enlace a tu último post, que vaya a la página de tu nuevo producto, que vaya a la página en la que haces una encuesta, que vaya a la página de un evento en el que participas, etc.

 

La cuestión es explicar claramente en qué consiste y qué hacer. Si el suscriptor está interesado y quiere, realizará la acción.

 

Añade llamadas a la acción en tus mensajes (para eso tenemos una lista de emails) y, de paso, acostumbrar a tus suscriptores a ellas.


8. No Mantener una Constancia de Envíos

Con constancia no me refiero a que tengas que mandar el mismo número de emails al mes, y los mismos días de la semana.

Eso no es importante, aunque algunos lo hacen así.

Es simplemente cumplir con las expectativas que has creado en tus suscriptores en cuanto a la frecuencia de envío de tus mensajes.

Por ello, si esperan 2 mensajes como mucho a la semana, porque así lo dije y los he acostumbrado a ello, no creo que entendieran que pasara a mandarles 5 mensajes a la semana, y pasado un tiempo dejara de mandar mensajes por unos meses.

Más mensajes de los que esperan puede molestar a algunos suscriptores y llevarles a cancelar su suscripción. Menos mensajes y pueden olvidarse de ti.

Para formar una relación de confianza se requieren múltiples interacciones (contactos) a lo largo del tiempo. Muchos contactos de golpe y puedes parecer pesado; en cambio, pocos contactos enfrían la relación y puedes pasar al olvido.

 

Por ello, salvo casos puntuales, como sería por ejemplo un lanzamiento de producto, lo correcto es mantener cierta constancia y regularidad en la frecuencia de envío.

9. No Comprobar los Mensajes

Mandar un email sin comprobar que todo esté correcto es jugársela y mucho.

Si publicas un post en tu blog y hay un error puede suponer un problema por un rato, hasta que lo corrijas. Puedes entrar de nuevo cuando quieras y retocar lo publicado.

 

Ahora bien, si mandas un email y hay un error, se acabó, tu email no se puede retocar, pues ya ha llegado a la bandeja de entrada de tus suscriptores. Si era un mensaje importante, y el error estaba en un enlace, tal vez incluso tengas que reenviar el mensaje.

 

A nadie le gusta recibir mensaje con errores, y mucho menos recibir dos mensajes iguales. A veces estas cosas pasan. De hecho, a mí me pasó el otro día al introducir unos cambios en unos mensajes, se volvieron a mandar a algunos suscriptores que ya lo habían leído. La cuestión es poner de nuestra parte para que no pase, y si tiene que pasar que sea lo menos posible.

Errores ortográficos, gramaticales, erratas, mal optimizado para una correcta lectura, enlaces que no funcionan, etc.

 

 

Si ya estás haciendo email marketing confío en que estos consejos te ayudarán a mejorar tus campañas, y si aún no haces email marketing, ¿a qué esperas?




Que tengas un buen día


Daniel E. Villada

Ceo - Sosempresa


Vía: Davidcantone